Hace unos días murió Victor
Kovats realizando un salto en China. Victor era un deportista extremo que practicaba
salto base. Por motivo de su muerte entrevistaron al chileno Ramón Rojas, que también
se dedica a este deporte. Esto señala en Las Ultimas Noticias: “Cuando uno está
a cierto nivel, siempre se va encontrar con la misma gente en los torneos. Son
los mismos círculos, cuenta Ramón y luego detalla que fue en el 2011 en Noruega
donde se quedaron en un hotel durante una competencia. “Es muy pequeño y no hay
mucho qué hacer: de día saltas y de noche puedes carretear. Él siempre se
acordaba, porque llegó de noche, cansado de manejar y abrió la puerta y me vio
ahí con dos botellas en la mano y yo lo miro y le digo: esta es por tí”,
cuenta. “Eres mi ídolo”, me decía él. Siempre buscando acción; “Vi el video
muchas veces (del salto de Víctor) y creo que no tuvo tiempo de pensar en que
iba a morir. Murió en la concentración de terminar el salto. Esas montañas
tienen muchas líneas de vuelo, hay mucho por donde saltar y ahí hay tres curvas
que uno tiene que evitar y él no pudo evitar una y se azotó contra la roca.
Pudo ser el viento, un cierre que se abrió, una mala posición, cualquier cosa”
Pero de todo lo que leí hubo algo
que me llamo la atención: “Hace años estuve a punto de morir en un accidente de
auto y pensé que iba morir y no había sido feliz. Y hace unos años me paso lo mismo saltando,
estuve a punto y pensé que iba a morir feliz. Igual que Víctor, el murió en su
ley” Nadie tiene la vida comprada y muchos no valoramos las cosas que realmente
nos hacen feliz. Todos deberíamos comenzar
a tratar de serlo y dejar los rencores de lado…
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