El miércoles pasado comprendí el significado de la palabra frustración.
Este sentimiento se expresó más aun cuando ocurrió el incidente entre Luciano
Civelli y el utilero del club oriental: el uruguayo canchereo escondiendo el balón
para demorar el juego y Luciano Civelli lo empujo enviándolo varios metros más allá.
Civelli se fue expulsado, pero se sacó la rabia de una eliminación dolorosa y represento
en parte el sentimiento de millones de hinchas. No comparto y no justifico ningún
acto de violencia, pero hay algunas personas se merecen un par de golpes para
bajarles los humos de la mente. Por segundo año consecutivo la U se queda eliminada
por diferencia de goles en la fase de grupos de la Copa Libertadores. El equipo
universitario debe reestructurase para poder dar vuelta la página y eliminar
los fantasmas provenientes de Casilda. Hay
varios jugadores que deben irse, hay que potenciar a muchos, deben retornar
algunos emblemas y los refuerzos deben ser de categoría. Si a esto le sumamos a
un cuerpo técnico capacitado para asumir y sacar adelante el desafío, todo debería
mejorar en la Universidad de Chile. Para esto hay que abrir la billetera y
tomar las decisiones correctas… Espero que la nueva directiva del equipo
universitario sepa tomar las decisiones adecuadas.
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