En
el fútbol hay muchos estigmas. Muchos juzgan a los futbolistas al catalogarlos como aquel talento deportivo que
proviene de las clases más bajas de la sociedad y que con el dinero del fútbol
se nublan al caer en los excesos. Muchos jugadores talentosos caen en las
drogas y el alcohol. Ejemplos hay muchos. Muchos sienten un poco de envidia al
ver los millonarios contratos que obtienen jóvenes que bordean los 20 años. El
jugador que es fichado por 20, 30, 40 o más millones es fruto de años de
esfuerzos físicos e intelectuales para llegar a aquel lugar. Los jugadores
deben entrenar a diario para desarrollar sus habilidades físicas, de la misma
manera deben dedicar muchas horas para comprender los diferentes esquemas tácticos
que les exponen los cuerpos técnicos. Un jugador del Barcelona de Pep Guardiola
debe tener una enorme capacidad intelectual para desarrollar de manera correcta
su propuesta futbolística. Un jugador puede tener el mejor estado físico del
mundo, pero no le sirve de nada si no es capaz de interpretar la táctica del
equipo. Algunos piensan que jugadores como Sergio Agüero o Alexis Sánchez
brillan en el fútbol europeo por arte de magia. Es posible que si no fuera por el fútbol, la
vida de muchos de ellos sería muy distinta. Pero el fútbol es una alternativa
absolutamente válida para dedicarle nuestras vidas. Que algunos la miren en
menos es un cuento aparte…
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