Un amigo me recomendó consumir
anabólicos para reducir materia grasa y aumentar la masa muscular de mi cuerpo.
Mi respuesta fue un no rotundo. Durante los últimos meses he reducido mi peso,
mi condición física ha mejorado, deje el alcohol y el cigarrillo. Quizás la
ingesta calórica es lo que más me cuesta controlar. Muchos de los productos que
me recomendó ofrecen resultados asombrosos: eliminar varios kilos de grasas y
aumentar la masa muscular en poco tiempo. Muchos de los promotores de estos
señalan que los efectos colaterales son escasos y no muy diferentes a los de
cualquier medicamento como somnolencia, irritabilidad o indigestión. Pero hay
mucha literatura científica indica que producen daños hepáticos, renales y
cambios psicológicos relevantes. Ante mis dudas al respecto le consulte a mi
profesor de anatomía en el Inaf y su respuesta fue categórica: los beneficios
físicos a corto plazo son claros, pero los daños médicos a mediano y largo
plazo hacen que la relación costo/beneficio sea muy alta.
Nunca
me he planteado en serio consumir estos productos. Hay muchos mitos al respecto
y no pienso derribarlos. Solo creo que hay que informarse muy bien sobre tema tan relevante como el consumo
de sustancias como los anabólicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario