En el triunfo por 4-1 de Racing frente a Guaraní le puse
atención a la actuación de Ezequiel Videla. En este partido en particular vi lo
que me espera: un gran despliegue, una proyección hacia el ataque y jugando
entre los centrales. Además de fijarme en el por su pasado azul y por la
posición en la cual juega, lo hice por una entrevista que leí hace unos meses
en El Gráfico. Estas líneas son las que reflejan de mejor manera su función en
la cancha:
“¿Ahora sos vos el que les hace sentir el rigor a los demás con alguna
patada o en el profesionalismo eso ya no intimida?
Sí, en Primera hay
jugadores que te lo hacen sentir. Yo juego fuerte porque es mi forma de jugar y
porque lo aprendí de chico: el que juega fuerte tiene una leve ventaja respecto
al que no. Mi hermano y mi viejo me decían que para llegar a Primera tenía que
aprender esas cosas. Hasta hoy nunca pequé con mala leche, así que me considero
un loco, pero un loco lindo.
Cuando Racing juega de local tenés una función táctica rara, bajás
mucho a buscar la pelota, incluso por detrás de los centrales. ¿Te lo pide
Cocca o te sale a vos?
Es uno de los pedidos
que me hizo Diego. A él le gusta que salgamos por abajo, que no rifemos la
pelota. Para mí es cómodo, porque en el esquema que usaba Darío Franco a veces
también lo hacía. Cuando me meto mucho entre los centrales, por ahí me queda
larga la cancha, pero es el precio de querer tener la pelota, de respetar las
ideas de los técnicos. Prefiero eso antes de que el arquero le pegue de punta y
para arriba.”
La
función del volante central o 5 es fundamental como todas, pero es una posición
que le da equilibrio en el equipo. Jugadores como Marcelo Díaz, Jaime Valdés o
David Pizarro pueden desarrollar sus exquisitas cualidades debido a la visión
del campo y al criterio que otorga la experiencia. La creación y elaboración
del juego comienza en los pies del volante central. En una época donde los 10
de calidad parecen extinguirse, algunos de los mayores talentos los vemos en
esta posición.