La
participación de Tahití en la Copa Confederaciones se puede mirar desde
diferentes perspectivas. Muchos se espantan por el bajísimo nivel de los
isleños, otros apelan a su legítimo derecho de participar. Muchos vemos en este
equipo la esencia del fútbol. Vemos aquel amateurismo puro, aquel que no está
contaminado por los millones de dólares. Pese a llevarse tremendas goleadas, el
público brasileños siempre estuvo con ellos. Hay que recuperar la alegría. No vi ninguno de sus partidos, pero siempre es
bueno que cosas como estas pasen. Siempre es bueno volver a los orígenes, a la
esencia. Nunca es tarde para ver lo que esta antes de los millones de dólares:
el juego. Nunca es tarde.
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