Jurgen Klopp
Jurgen Kloop es el estratega
revelación a nivel Alemán y Europeo. Como
jugador sumo largas temporadas en la segunda división alemana con el Mainz 05,
en las cuales no destaco mucho. Tras su retiro en el año 2001 le ofrecieron la
Dirección Técnica del equipo y los resultados se hicieron notar de inmediato.
Estuvo 7 años en el cargo, en los cuales llevo al equipo a Primera División y a
competir a nivel continental. Hechos inéditos en la historia del club. Con el
Mainz 05 pudo desarrollar a plenitud sus ideas y logro llamar la atención de
diversos equipos alemanes. Se convirtió en un verdadero símbolo del club.
En julio del 2007 el Borussia
Dortmund confió en sus capacidades. No se equivoco. Hasta la fecha ha ganado 2
BundesLiga, 1 DFB-Pokal y hace algunos días perdió la Champions League ante el
Bayer Munich. Una revolución en Dortmund. Con Klopp el equipo logro una
identidad clara y un fondo futbolístico notable. Sus conceptos futbolísticos
son claros y algunos de ellos me traen gratos recuerdos.
Klopp analiza minuciosamente la
táctica del equipo. El futbol es una obsesión. En el análisis y la planificación incluye la tecnologia a su
trabajo, pero no se olvida de utilizar los métodos fundamentales del futbol. La
repetición es un elemento fundamental en los entrenamientos de Klopp. La
mecanización de los movimientos tácticos es algo importante en la formación de
un equipo. Como dicen algunos “jugar de memoria”. La movilidad constante, el
ritmo y presión constante para recuperar el balón son algunas de las
características del Dortmund de Klopp. Esto me recuerda a la Roja de Bielsa o a
la U de Sampaoli. Toda su concepción del futbol quedo expuesta durante el
mundial de Alemania del 2006 cuando oficio de comentarista en la televisión
alemana, transmisión en la cual desplego toda su personalidad, obsesión y
planteamientos técnicos.
Los jugadores son un elemento
clave en todo equipo exitoso. La creatividad, el atrevimiento y el descaro son
algunas de las características del paladar futbolístico de Klopp. Sumado a las
características naturales de un jugador, todos los jugadores deben darle un
valor agregado a sus dirigidos. Klopp apunta a que los jugadores sean capaces
de leer correctamente los partidos. Algo fundamental para lograr éxitos
deportivos.
El plantel del Borussia Dortmund
posee la capacidad de adaptarse a un planteamiento técnico diferente si un
partido lo requiere. Todos los rivales
son diferentes, por lo que no deben ser afrontados de la misma forma. Incluso,
un mismo rival puede cambiar su forma de jugar debido a diferentes objetivos y
urgencias. Esto se ve reflejado en los partidos de la llave ante el Real Madrid
por la Champions League. En el partido jugado en Dortmund paso por encima a los
españoles, en cambio, lo visto en el Santiago Bernabéu fue totalmente
diferente. Los alemanes se ordenaron muy bien defensa y en el mediocampo. Fue
un partido defensivo, no lo se. Pero fue un partido en el cual no se tomaron
riesgos innecesarios. Ahí podemos ver la versatilidad que Klopp aplica en sus
equipos.
Todos
estos conceptos que he desarrollado fueron extraídos de la lectura de
diferentes textos encontrados en algunos blogs. Dejo a su disposición la
información a partir de la cual redacte estas líneas. Es justo y necesario
tener la suficiente honestidad intelectual a la hora de redactar un texto. Lo
digo, las siguientes líneas NO son de mi autoría. Aquí los dejo:
Jürgen Klopp, el cerebro de la revolución...
La
historia de un entrenador que trajo con él una Revolución de buen juego. Su
equipo, el Borussia Dortmund, es una de las sensaciones en Europa y el mundo. Los
detrás de escena de un conjunto que volvió a brillar de la mano de Klopp.
Sinceramente
no sé mucho de historia, tampoco entiendo demasiado los vericuetos sobre
cuestiones políticas, esas que muchas veces me sobre pasan, pero me queda claro
que para hacer una revolución hacen falta que coincidan varios factores. Puede
que las haya espontaneas o paulatinamente pero en general todas tienen un común
denominador: tienen un líder visible. Acá es donde entra el fútbol porque en el
Borussia Bortmund esta revuelta tiene nombre y apellido: Jürgen Klopp.
Su
aspecto es el de cualquier tipo normal, siempre con una sonrisa en la cara, con
su melena al viento, al mejor estilo peli boluda de amor (?), y por lo general
con gorra que le cubre su melena rubia. Para ser más claros, tiene más pinta de
salvavidas de Baywatch que de DT de uno de los equipos más grandes de Alemania.
Como siempre, o como casi siempre, los prejuicios no son buenos y vayamos a lo
que realmente les compete o a lo que puede llegar a desmentir esos pensamientos
que surgen a primera vista.
Sin
ánimos a que nadie se enoje podríamos decir que su carrera como jugador
profesional fue algo pobre y, al igual que Marcelo Bielsa identificadisimo con
Newell's, los más memoriosos lo identifican sólo con la casaca del Mainz 05,
porque fue su único equipo a lo largo de su trayectoria con la bola en los
pies. Fueron doce los años (desde 1989 al 2001) en los que defendió los colores
de esta institución, una trayectoria nada despreciable aunque sin demasiado
brillo. Se retiró en el 2001 y ahí nomás empezó a laburar con una pizarra.
Hablamos
de que estaba muy identificado con la casaca del Mainz y fueron justamente los
dirigentes de este club quienes le dieron la primera oportunidad como DT. A
pesar de no tener experiencia la elección estaba dada y sin dudas dieron en el
blanco. Estuvo siete años al mando del equipo y en ese período lo llevó a
disputar por primera vez la Bundesliga. No contento con esto, el muchacho
siguió por la misma senda e hizo que el team de Manguncia llegara a la Copa
UEFA en la temporada 2005/2006, donde fue eliminado por el Sevilla, que
finalmente sería el campeón.
Lamentablemente,
el rumbo del barco que manejaba cambió y en el 2007 se fue al descenso. Como
las primeras que huyen son las ratas y el que se queda hasta el final es el
capitán, Klopp se quedó un año más en el ascenso con la idea de devolver a la
Primera División a sus dirigidos, pero en el 2008 dijo adiós. Igualmente el
primer paso ya estaba más que dando y con el ganó prestigio en el ámbito del
fútbol. Atrás quedaron de lado sus orígenes humildes y su supuesta inexperiencia.
Para
seguir con la cuestión marítima (?), el tipo levantó anclas, marcó el rumbo y
enfiló para Dortmund. Los dirigentes del Burusca buscaban a un reemplazante de
Thomas Doy para volver al equipo a los primeros planos y se la jugaron por Klopp,
una jugada arriesgada pero que estaba ideada para dar un golpe de timón
(seguimos con la cuestión de los barcos) a un team que peleaba por el descenso.
Y la
revolución llegó junto con Klopp, quien dio en la tecla sin lugar a dudas.
Primero le impuso sus reglas de juego al equipo. Sus pensamientos sobre la
posesión del balón y la capacidad de cambiar su fórmula en cualquier momento,
como bien se pudo ver en los dos partidos frente al Real Madrid de la actual
Champions League, donde en un partido su equipo fue totalmente superior a los
Merengues y en el otro supo detener los embates con un mediocampo y una defensa
bien parada. Salir de contra fue la idea de este último partido, pero con esto
quedó lejos de ser tildado de defensivo sino todo lo contrario porque se colocó
en la idea colectiva de que puede apelar a la táctica más acorde a las circunstancias de un
partido.
La
movilidad es una de las mayores armas del actual Borussia Dortmund, otro de sus
puntos más destacados es la presión constante y las triangulaciones, lo que
hace que las líneas defensivas se rompan más fácilmente por si no lo sabían los
bilardistas. Compararlo con el Barcelona se hace moneda corriente aunque aquí
podemos llegar a no coincidir del todo, ya que los catalanes salen a la cancha con
la política de ser los dueños del esférico y este team alemán, como ya
explicamos arriba, puede adecuarse a lo que propone el rival e intercambia su
modalidad de juego dependiendo del contrincante.
¿Qué
sería de todo esto sin la capacidad de los jugadores? Seguramente, aunque es
casi imposible de confirmar, nada, sin embargo el conjunto teutón de Jürgen
también cuenta con esto. Este técnico le dio la oportunidad a varios jóvenes
que venían pidiendo pista y no enloqueció con grandes fichajes, sino todo lo
contrario. En el actual plantel figuran nombres como Mario Götze, Mats Hummels,
Marcel Schmelzer, Sven Bender, Kevin Großkreutz o Marco Reus, entre otros,
todos con bajo la misma bandera: juventud y talento.
Entre
sus compras figuran Robert Lewandowski, bombardero polaco que todavía milita en
el primer equipo, y Shinji Kagawa, el volante japonés que el Manchester United
le compró al Borussia. Otro de los que figura en esta nómina es Nuri Sahin,
volante de creación que el Real Madrid fichó como gran promesa pero que nunca
logró explotar. El internacional turco acaba de regresar al BVB, tras otro paso
en falso en el Liverpool y habrá que esperar para ver si recupera su nivel.
Como verán todos estos muchachos no surgen de grandes transferencias o de
clubes importantes, sino todo lo contrario y su adquisición, sacando al último
nombrado que salió de las inferiores, fue por poco dinero.
Si metemos todo esto en una coctelera lo batimos un poco y lo servimos en un vaso
de trago largo (?) nos dará como resultado que Klopp ya se ganó dos Bundesliga
(2010-2011 y 2011-2012), dos Copas de Alemania (2011-2012) y una Supercopa de
Alemania (2008). Un buen trago, sin dudas. Esta temporada, al parecer, los ojos
de este DT con pinta de científico loco están posados sobre la Orejona, un
trofeo que el conjunto alemán sólo ganó una vez en 1997 con nenes de pecho
como Matthias Sammer o Andreas Möller y
Ottmar Hitzfeld en el banco.
La
Bundesliga tendrá un condimento más con la llegada de Pep al Bayern Munich y el
fiel a su estilo, Klopp no se quedó calladito cuando le preguntaron por el
tema. "Voy a ser el Mou de Guardiola", tiró y obvio alguno ya calentó
el ambiente con esta declaración, pero él se encargó de poner paños fríos a
todo esto y comentó: "No creo que Pep tenga malos sentimientos hacia sus
rivales, de hecho, creo que me voy a llevar muy bien con Pep. Tengo una buena
relación con Mourinho también".
Jürgen
hizo una revolución en un equipo que había perdido su memoria y tras esto hasta
suena para ser el sucesor de Joachim Löw en la Selección de Alemania. La
revolución sigue en curso y por suerte para los amantes del buen fútbol viene
con el buen juego bajo el brazo, porque la llegada de Klopp y de su Dortmund le
vuelven a dar un toque de aire fresco a un mundo de la redonda que a veces
parece que se olvidó que la belleza, muchas veces, va al ras de piso..
Jürgen
Klopp: La compleja sencillez
Cuando
Jürgen Klopp se graduó en 1995 en la Universidad Johan-Wolfgang-Goethe de
Frankfurt en la disciplina “Sportwissenschaft” (la traducción sería ciencias
del deporte), probablemente no esperaba de donde iba a provenir el primer
galardón de su carrera, apenas un par de lustros después. Premio que empezó a
dar forma a un nombre, y a allanar un camino que, después de una carrera como
futbolista que se desarrolló en su totalidad en la segunda división del fútbol
alemán, era complicado predecir. En 2006, siendo entrenador del Mainz 05, la
cadena de televisión ZDF le ofreció la posibilidad de comentar los partidos de
la selección alemana durante el Mundial. No hay que olvidar que en aquella
edición la Mannschaft era anfitriona, y a pesar de perder el título en la
final, la sensación, por expectativas, es que el equipo hizo un buen torneo.
Quiero decir con esto que la afición lo vivió de principio a fin, su ilusión
avanzó rondas con los comentarios de Klopp, y creó una afinidad con el hoy
técnico del Dortmund que mucho tuvo que ver con su personalidad y con sus
aportaciones novedosas, como analizar a través de la tecnología las vicisitudes
tácticas del equipo.
Klopp
le dio al programa una calidad especial, además de añadir esa forma de ser tan
particular, cercana y extrovertida, y junto a sus compañeros Johannes B. Kerner
y Urs Meier recibió el premio de mejor programa deportivo de la televisión
alemana de 2006. Es evidente que Jürgen Klopp no llegó al Borussia Dortmund por
haber sido premiado tras su aportación en los medios, pero no cabe duda de que
creó una imagen de respeto y cercanía con el aficionado al fútbol en Alemania.
Klopp jugó en el Mainz 05, y una vez retirado, en el año 2001, se hizo cargo
del equipo de Maguncia. Tras varios intentos, consiguió ascender a la
Bundesliga en la temporada 2003/2004, donde tuvo un buen arranque en la máxima
categoría, llegando a disputar la Copa de la UEFA. Sin embargo, el equipo
descendió en el año 2007, y tras mantenerse como técnico en Bundesliga 2 y no
lograr el ascenso, decidió abandonar el club en el que había hecho su vida
futbolística.
Haber
entrenado el año antes en segunda división no fue un impedimento para
queMichael Zorc, leyenda del Borussia Dortmund, confiase en él para que
encauzase el rumbo de un club que diez años antes había sido Campeón de Europa. Y no sólo eso,
el Borussia Dortmund había conseguido ganar la Bundesliga en 2002, acababa de
salir a bolsa y la sensación es que comenzaba un ciclo ganador y de crecimiento
sostenido. Sin embargo, algunos fichajes desacertados, y la eliminación en la
previa de la Liga de Campeones en el año 2003/2004, fueron el detonante de una
grave crisis financiera, que acabó en una caída enorme de las acciones y de una
reducción del presupuesto que obligó a iniciar un proyecto con futbolistas de
perfil más bajo. Uno de los clubes con más masa social de toda Europa (el
propio Klopp dijo que ya admiraba al Borussia Dortmund, pero tras sentirse
parte de la pared amarilla lo admiraba tres veces más), vivía una época de
vacas flacas.
Pero
desde que llegó Jürgen Klopp (julio de 2007) todo ha cambiado. La nueva imagen alegre y cercana del Borussia
Dortmund se acerca mucho a esa comunión que consiguió con el aficionado al
fútbol en su época de comentarista. Poco amigo de los trajes (habitual verle
con chándal, o celebrar goles corriendo por la banda o incluso subido a alguna
valla), resume sus ideales con una gorra que ya es mítica dentro de la
Bundesliga. Y es que en ocasiones porta una donde se puede leer “Pöhler”, una
palabra de Dortmund que significa “jugador de la calle”. Desde luego, no
sorprende que ese tipo de futbolista descarado, atrevido e imaginativo con el
balón sea de su gusto, y menos sorprende que los Kagawa, Götze o actualmente
Reushayan sido, o son actualmente, piezas importantísimas dentro de su esquema.
Seguramente
lo más destacable de sus planteamientos sea la versatilidad. Quizá el hecho de
que el Dortmund haya sido un campeón alegre, poco esperado por tener que
enfrentarse a un gigante como el Bayern Munich, y con una plantilla joven, lo
haya incluido en un tópico donde la tónica sea encuadrar su fútbol en una
propuesta basada únicamente en la asociación y el ataque posicional. Pero la
realidad es que el Dortmund ha alternado momentos donde sí hemos visto esta
idea con otra donde se sucedían ataques verticales, basados en las transiciones
y el control del espacio más que del balón. Y no siempre con el equipo
replegado (caso de sus enfrentamientos recientes contra el Bayern), si no, como
por ejemplo en el Etihad, intentando robar a buena altura e iniciando esa
transición rápida a partir de la recuperación durante la fase de salida del
rival, con Götze y Reus partiendo desde las bandas para que recibieran lanzados
desde allí. Por ello, a pesar de su imagen un tanto descuidada y de defender
personalmente ese fútbol de la calle, Jürgen Klopp es un entrenador metódico y
con recursos.
De
hecho, como él mismo dice, considera la tecnología una parte fundamental en la
fase de preparación (y por lo mostrado, le gusta hasta el punto de divertirse a
través de ella en televisión). Aunque, siendo fiel a lo mostrado en sus
planteamientos de partido, maneja también los métodos de trabajo más
convencionales. Quedó demostrado cuando en alguna ocasión ha hablado de Felipe
Santana, al que consideraba un central de físico privilegiado pero de ciertas
carencias técnicas para ser eficaz en los despejes y la coordinación, y
consiguió pulirle a base de lo más básico: la repetición. Klopp dice que la
formación es la repetición. Pone el ejemplo de un baterista, que ha repetido
una secuencia más de 2000 veces, y que al final acaba actuando
inconscientemente. Considera que esa formación vale para los músicos y los
atletas, y así tuvo al bueno de Felipe Santana, realizando un trabajo
específico mandándole balones y balones desde todos los lados para perfeccionar
su técnica. Klopp tiene las ideas claras: la tecnología más avanzada se
completa con las ideas más básicas. Así es su fútbol: complejo y sencillo.
Jürgen
Klopp: ciencia y método en Dortmund
Barba
de varios días –quizá de semanas–, gafas y una melena rubia no demasiado
cuidada y frecuentemente oculta bajo una gorra. Aspecto de científico loco.
Nada más lejos de la realidad: entrenador maniático. Bendita locura. Ríe,
gesticula, y llora a partes iguales en la banda de uno de los escenarios
futbolísticos mejor ambientados y conservados de todo el mundo. Y los focos
persiguen semana tras semana su instantánea, con la infinita Südtribune
abarrotada, animando y vibrando en segundo plano. La sensación es adrenalínica.
El culpable: Jürgen Norbert Klopp.
Su
historia es, en sus inicios, la de un futbolista gris. A Klopp le faltan, con
las botas puestas, el talento y los recursos que le sobran como técnico.
Siempre con el rojo del Mainz 05; doce años de mucho barro y poco fútbol en la
desapacible 2. Bundesliga, que le acaban erigiendo en símbolo del club y en
icono para los nullfünfer durante su longeva carrera como futbolista.
2001 es
el año de su retirada. A Klopp le cuelgan las botas, pero le regalan un silbato
y una pizarra. Amor recíproco. Se cree en él como el resorte que remonte al
Mainz 05 a la máxima categoría del fútbol alemán. Se rehúye hablar de
inexperiencia y confían en sus dotes de mando y liderazgo. Klopp debe devolver
a los suyos la confianza que le han conferido, demostrar que es un técnico con
la ciencia necesaria y que su experiencia como jugador ha servido también para
engendrar un gran entrenador. Desde sus inicios en el banquillo se observa a un
Klopp capaz. Enérgico y comprensivo, sigue siendo un gran compañero. “Cuanto
más te preocupes por la persona, más obtendrás a cambio”, es una de sus
máximas. Pero Klopp no vive sólo de esa retroalimentación. Se erige como un
estudioso de la táctica y rápidamente llegan los resultados, siendo capaz de
llevar al equipo a jugar una promoción de ascenso en su primer año. También en
su segundo. Tras morir en la orilla, llega una tercera. Éxito rotundo. Klopp es
un héroe; hace historia con su Mainz 05.
Con el
ascenso de categoría llega también la propulsión de Jürgen Klopp como icono
mediático en Alemania. No es ya sólo un entrenador de moda, sino también
estrella televisiva. Adquiere una gran relevancia y popularidad como
comentarista de la cadena ZDF, destripando tácticamente a la
Nationalmannschaft. Sus compatriotas admiran a un tipo llegado del fútbol más
modesto, que demuestra tener una personalidad y talento arrolladores.
Futbolísticamente
consigue mantener, durante dos temporadas, al Mainz en la élite. En la tercera
vuelve a los infiernos; de las mieles de éxito a las hieles del olvido. A pesar
de todo, la popularidad de Kloppo –como ya le conocen cariñosamente sus
paisanos– no cae y recibe numerosas ofertas para seguir entrenando en la máxima
categoría. Pero, ahora más que nunca, el hombre franquicia del Mainz 05 (17
años en el club) considera que no puede abandonar a los suyos y busca un nuevo
ascenso. Este no llega y Klopp cree que su etapa, su eterna carrera con los
nullfünfer, ha llegado a su fin.
Los
numerosos méritos de Klopp son sondados positivamente por los dirigentes del
Borussia Dortmund, que despiden a Thomas Doll tras una nefasta temporada y
apuestan por el técnico con aspecto de científico loco como el hombre que
devuelva al Westfalen (ahora Signal Iduna Park) la grandeza del pasado. Estamos
en 2008. Lo que va a llegar en el futuro es apoteósico.
EL
MÉTODO KLOPP
Sus
excentricidades desde la banda y la popularidad del personaje no deben
llevarnos a engaño. Detrás del continente hay contenido: entrenador y método.
Klopp es, además de un gran motivador, un obseso de la táctica y estudioso de
multitud de variantes y formas de entender el juego. Desde Guardiola a Mourinho
–a quienes admira–; del blanco al negro, pasando por una alta gama de grises.
El de Stuttgart bebe de multitud de afluentes y esa pluralidad es trasladada
francamente bien sobre el césped.
• 4-2-3-1 flexible
Siempre
cobijado en un dibujo 4-2-3-1, una disposición de los jugadores flexible en
función del partido y, dentro del partido incluso, del momento. Ahí radica
también otro de los éxitos del teutón: la obsesión por hacer pensar a sus
jugadores sobre el juego, enseñarles a madurar los partidos.
De ese
modo estamos acostumbrados a ver un Borussia polifacético, capaz de dominar
varios registros. Sirva de ejemplo el doble enfrentamiento con el Real Madrid:
ofreciendo dos versiones en el Signal Iduna Park; cómodo en el vértigo, en el
box to box –que tanto gusta al Madrid también–, y dominando sin complejos el
ataque posicional, maestros aún en su juventud. Por el contrario, en el
Bernabéu se desplegaron de una forma mucho más conservadora,cerrando el mediocampo
y candando la defensa, para salir enérgicos a la contra. Tres versiones de un
mismo equipo interpretadas a la perfección: sinónimo de grandeza.
• Wolfgang Frank y la defensa zonal
Jürgen
Klopp bebe de las más modernas técnicas de entrenamiento, pero también sabe
mezclar maravillosamente bien todos los conceptos y parámetros del juego, y
recurre sin tapujos a los clásicos y viejos maestros. Así, en ese banco de
experimentos en el que ha convertido al BVB, podemos observar detalles de
Wolfgang Frank, antiguo entrenador suyo en el Mainz 05 y a quien se considera
pionero de la defensa zonal de cuatro en Alemania.
• Concept football
Ofensivamente
también se compara la obra y el estilo del Mainz y el actual Borussia de Klopp
con el gran Friburgo de Volker Finke, padre del término Concept football, un
estilo que desarrolló en su plenitud con aquel equipo de la región de Breisgau,
a los que en la actualidad se les sigue recordando como los Breisgau
Brasilianer (“los brasileños de Breisgau”): fútbol de movilidad constante y
ritmo eléctrico. Conceptos elevados por el Borussia de Klopp a la enésima
potencia.
• Presión tras pérdida
Esa es,
sin duda, una de las grandes virtudes de este Dortmund: la presión después de
la pérdida de balón. Su ataque posicional implica a los 11 jugadores de campo.
Todos trabajan en la fluidez de la posesión y buscan las asociaciones
constantes en pos de abrir huecos en la defensa rival. Estas relaciones entre
jugadores solo se consiguen viajando juntos, aproximando líneas y triangulando
en corto para después buscar en largo. Así, cuando se produce la pérdida, la
densidad de jugadores borussers cerca del balón es altísima y el nuevo robo
suele fructificar.
“Nosotros
también presionamos como ellos, inmediatamente después de perder la pelota, y
desde hace mucho. Pero ayuda poderle decir a un jugador: mira, los del
Barcelona hacen lo mismo”. Jürgen Klopp, estratega y motivador en una
referencia al Barcelona de Pep Guardiola.
• El experimento de Klopp continúa.
Klopp
prosigue su obra, haciendo vibrar cada domingo a los más de 80.000 aficionados
que abarrotan el Signal Iduna Park. Fieles a un equipo que enamora desde la llegada
de ese joven con aspecto de científico loco y carrera insulsa como jugador, que
poco tardó en quitar las legañas a los más aletargados aficionados borussers.
Cuatro años después, el experimento continúa haciendo historia.